La indómita Mary Kingsley, con 30 años recién cumplidos, sólo había salido de su casa en Londres durante unos días para visitar París antes de embarcarse sola en su aventura africana.
Lo hizo en un barco carguero desde Liverpool y sin billete de vuelta.
Tampoco llevaba guías ni mapas y por supuesto, todo el mundo la tomó por loca.
Y como no tenía mucho dinero, se lo financió comprando y vendiendo mercancías allí por donde pasaba.
Su primer viaje duró 9 meses y recorrió países como Sierra Leona, Ghana, Guinea Ecuatorial, Nigeria, Benin, Camerún, Angola y Congo.
Esto fue en 1894 y solo llevaba lo básico: remedios caseros para la salud, sus libros, el equipo fotográfico, frascos para recoger muestras y alguna manta.
Así que no, no necesitas haber hecho antes ningún gran viaje.
Solo trae tus ganas de descubrir otro universo y el corazón y la mente bien abiertos.